En el marco de las prácticas sustentables en la avicultura, el INTA Concepción del Uruguay avanza en un proyecto para evaluar la sanitización del guano de gallinas ponedoras, con el objetivo de reducir su impacto ambiental y potenciar su uso como fertilizante orgánico en cultivos.

El ingeniero Juan Martín Gange, referente del área de Avicultura de la Experimental local, explicó que la iniciativa surge a partir de experiencias con cama de pollos parrilleros y se adapta ahora a los desafíos que presenta el guano de ponedoras, común en la zona de Crespo, núcleo productivo de huevos en la provincia.
Un residuo con potencial
El guano de ponedoras, generado diariamente en galpones automatizados, tiene un alto contenido de humedad (superior al 70%), lo que dificulta su manejo y aplicación directa en suelos. Además, su acumulación sin tratamiento puede generar problemas como olores, proliferación de moscas y riesgos sanitarios.
«Los organismos de control exigen algún tipo de procesamiento para minimizar patógenos», señaló Gange. En respuesta, productores de Crespo ya están innovando con métodos artesanales de secado, utilizando maquinaria agrícola para esparcir y airear el material.
Investigación en terreno
El INTA visitó recientemente un establecimiento donde se aplica esta técnica para analizar su eficacia. «Queremos evaluar cómo incide el secado natural en la reducción de microorganismos patógenos, además de medir parámetros agronómicos como pH, nutrientes y conductividad eléctrica», detalló el ingeniero.
El proceso consiste en formar cordones de guano que, al fermentar, elevan su temperatura y eliminan bacterias por efecto térmico. Esto no solo sanitiza el material, sino que facilita su distribución en cultivos como soja y maíz, clave para la alimentación avícola.
Economía circular y pasturas
Gange destacó que el proyecto promueve la economía circular: «El guano tratado se reintegra al sistema productivo como fertilizante, reduciendo costos y mejorando suelos». Además, el INTA estudia su aplicación en pastizales naturales, comparándolo con fertilizantes químicos en un ensayo local.
«En Crespo, muchos productores ya lo usan en pasturas para ganadería, pero necesitamos más datos para optimizar su uso», agregó. Los resultados podrían extenderse a otras regiones con desafíos similares.
Próximos pasos
El equipo del INTA continuará monitoreando las propiedades del guano tratado y ajustando recomendaciones para los productores. «La meta es que esta práctica sea segura, sostenible y beneficiosa tanto para la avicultura como para la agricultura», concluyó Gange.
Con esta iniciativa, Entre Ríos avanza en la gestión innovadora de residuos avícolas, transformando un pasivo ambiental en un recurso clave para la producción agropecuaria.