Cómo prevenir el estrés térmico en aves de granja

El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) ha emitido una serie de recomendaciones para evitar pérdidas relacionadas con el estrés térmico en aves de granja. El estrés térmico se produce cuando las aves no pueden regular adecuadamente su temperatura corporal debido a condiciones extremas de calor, humedad o frío. Esto puede causar una disminución en la producción de huevos, un aumento en la mortalidad y una disminución en la calidad de la carne.

Para evaluar si las condiciones ambientales son estresantes para las aves, se utiliza el Índice de Temperatura y Humedad (ITH). Las aves son animales homeotermos, lo que significa que pueden mantener una temperatura corporal constante a pesar de las fluctuaciones de la temperatura ambiental. Sin embargo, para enfriarse, las aves utilizan diferentes mecanismos, como extendiendo sus alas para aumentar el contacto con el aire más frío o jadeando para aumentar el flujo de aire sobre las membranas mucosas del tracto respiratorio. Si estos mecanismos se utilizan de manera prolongada, pueden alterar el equilibrio ácido-base del organismo y causar la muerte.

Para prevenir el estrés térmico en aves de granja, Senasa recomienda llevar un registro de la temperatura y la humedad en los galpones, evitar molestar a las aves durante las horas más calurosas del día, ajustar los horarios del personal y los programas de iluminación para que el trabajo de rutina se realice temprano por la mañana o por la noche, disminuir la densidad de alojamiento, aumentar la velocidad del aire a nivel de las aves, utilizar nebulizadores y vaporizadores en función de la temperatura y la humedad del galpón, y proporcionar sombra y ventilación adecuada. También es importante identificar los signos de estrés térmico en las aves, como aumento en el consumo de agua, disminución en el consumo de alimento, letargia o menor actividad, jadeo, oscurecimiento de la piel en aves adultas, reducción del tamaño y de la producción de huevos en aves de postura, y deposiciones líquidas en pollitos bebés.

Recomendaciones

  1. Llevar un registro de la temperatura y la humedad en los galpones: Es importante medir la temperatura y la humedad en los galpones para evaluar si las condiciones ambientales son adecuadas para las aves y tomar medidas si es necesario.
  2. Evitar molestar a las aves durante las horas más calurosas del día: Las aves pueden sentirse más estresadas si son molestadas durante las horas más calurosas del día, por lo que es recomendable ajustar los horarios del personal y los programas de iluminación para que el trabajo de rutina se realice temprano por la mañana o por la noche.
  3. Disminuir la densidad de alojamiento: Proporcionar más espacio a las aves puede ayudar a reducir el estrés térmico, ya que les permite moverse y alejarse del calor.
  4. Aumentar la velocidad del aire a nivel de las aves: El aire fresco puede ayudar a enfriar el galpón y a reducir la temperatura

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